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Adaptación. (aðaptaˈθjon). Cambio para que algo funcione en otra situación.
La sociedad actual es muy diferente a la que era hace unos años, debido a la constante evolución por la que se atraviesa, teniendo como su característica principal la transformación, transmisión y el manejo de la información. La tecnología está presente en todos los ámbitos de la vida cotidiana, de una forma u otra. Casi todas las actividades que realizamos a lo largo del día implican la utilización de algún dispositivo tecnológico.
Existen diferentes tipos de dispositivos tecnológicos, por lo que cualquier elemento o página dentro de ellos debe adaptarse a cualquier tamaño, forma y sistema. Por ello es que se creó el Diseño Responsive. Esto quiere decir que trata de redimensionar y colocar los elementos de la web de forma que se adapten al ancho de cada dispositivo permitiendo una correcta visualización, y una mejor experiencia de usuario. Se caracteriza porque los layouts (contenidos) e imágenes son fluidos y se usa código media-queries de CSS3.
El diseño responsive permite reducir el tiempo de desarrollo, evita los contenidos duplicados, y aumenta la viralidad de los contenidos ya que permite compartirlos de una forma mucho más rápida y natural.
Pero esta tendencia no sólo se encuentra en el diseño web, también al momento de realizar un logotipo. Este debe adaptarse a los espacios y reducción de elementos.
Por ejemplo, como se puede observar en estos logotipos de grandes marcas cada una de las versiones responsive se identifican perfectamente con el logotipo original, pero se logra quitarle peso, por lo que si el logotipo aparece en la versión móvil, el espacio que ocupará será menor. Esto quiere decir que el logotipo estuvo perfectamente pensado y que la imagen que dará a los clientes o público será la mejor.